Criminología
Su origen
La lucha contra
el delito y el estudio de los delincuentes y del castigo data desde la
antigüedad. Filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles ya hablaron sobre
este tema, atribuyendo los delitos a deficiencias físicas o mentales e incluso
a la herencia.
A mediados del
siglo XIII, Tomás de Aquino intentó también sentar las bases de la filosofía
del derecho penal en su obra Escolástica, y en la Edad Media se realizaron
algunos estudios médicos para investigar crímenes aislados.
Escuela Positivista
En el siglo XIX,
se empiezan a aplicar los métodos de observación científica al crimen, con el
fin de determinar las causas de la criminalidad. En este momento es cuando la
escuela italiana (Lombroso, Rafael Garófalo, Enrico Ferri) pretende encontrar
la causa profunda de la delincuencia en las anomalías corporales y mentales de
los individuos y de la escuela francobelga (Durkheim, Guerry, Lacassagne,
Quételet, Tarde) denuncia la influencia del medio social, verdadero «caldo de
cultivo de la criminalidad».
Escuela de Chicago
A partir de
principios del siglo XX se desarrolla en EEUU un nuevo paradigma en la
investigación criminológica al centrarse en las razones que causaban el hecho
de que en unos barrios se cometieran más delitos que en otros. De esta época es
destacable la investigación empírica sobre delincuencia juvenil de Shaw y
McKay, que concluyeron en que los barrios con ciertas características (entre
ellas, el deterioro físico, la heterogeneidad cultural, población decreciente,
pobreza, etc) eran más proclives a producir una mayor delincuencia. Esto sería
así porque estos barrios se encontrarían socialmente desorganizados y no pueden
realizar su función de control social ante actos desviados.
Años posteriores
En el siglo XX,
los criminólogos se esfuerzan en hacer una síntesis de los descubrimientos
precedentes. En diferentes países comienza a manifestarse una tendencia a
ampliar el campo de la actividad criminológica: unos incluyen en ella la
criminalística (Alemania); otros, la penología; hay otros que preconizan el
estudio conjunto de la ciencia del crimen y de la ciencia de la reacción social
suscitada por él (Estados Unidos). En este siglo, la criminología ha influido
notablemente en la evolución del derecho penal.
Con los posteriores
avances en el campo de la psicología y sociología algunos investigadores han
propuesto nuevos enfoques, entre ellos se encuentran: Jean Pinatel, Edwin
Sutherland, Robert Merton, Travis Hirschi, Ronald Akers, Robert Agnew, Diana
Fishbein, Sampson y Laub, Felson, Cornish, Gary LaFree, David Farrington,
Michael Gottfredson, Charles Tittle, entre otros.
En Latinoamérica
son varios los investigadores que se han destacado en esta área, especialmente
los pertenecientes a países como Argentina, Colombia, México y Venezuela. Entre
ellos sobresale la labor de criminólogos como: Alfonso Quiróz Cuarón, Rosa Del
Olmo, Emiro Sandoval Huertas, Luis Rodríguez Manzanera, Lolita Aniyar de
Castro, Alfonso Reyes Echandía, Eugenio Raúl Zaffaroni, Juan Manuel Mallorca, Elio
Gómez Grillo, Álvaro Pérez Pinzón, Filadelfo Del Carmen Labastidas, Luis
Gerardo Gabaldón y Christopher Birkbeck, entre muchos otros que han colaborado
con esta rama de las ciencias sociales. En España, algunos de los criminólogos
más importantes han sido: Antonio Beristain Ipiña, Elena Larrauri Pijoan,
Vicente Garrido Genovés, Jorge Sobral, Per Stangeland, Santiago Redondo, Miguel
Clemente, Eugenio Garrido Martin, Enrique Echeburua, Cándido Herrero, César
Herrero Herrero, Alfonso Serrano Gómez, Alfonso Serrano Maíllo y Juanjo Medina
Ariza.
En cuanto a los
estudios universitarios, el primer programa de estudios universitarios a nivel
licenciatura en Latinoamérica surgió en 1978 en la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales (hoy Facultad de Derecho y Criminología) de la Universidad
Autónoma de Nuevo León (UANL), en Monterrey, México. La primera Escuela de
Criminología de Sudamérica se abre en la Universidad de Los Andes en
Mérida-Venezuela. El año de su fundación fue 1992 y su primer egresado es el
criminólogo y profesor Juan Antonio Rodríguez, primer licenciado en
criminología graduado en ese país y en Sudamérica.2 En la patagonia Argentina,
nace en 1998 la primera escuela de Criminología Social de ese país, dirigida
por el criminólogo y psicólogo social argentino Roberto Víctor Ferrari.[cita
requerida] En España, las primeras escuelas donde se imparten criminología, que
dependían de la facultad de derecho, fueron creadas en Barcelona (1955) y en
Madrid (1964).
Criminología moderna
A partir de
mediados del siglo XX, se presenta un cambio de paradigma en la ciencia
criminológica fijando su atención en los procesos de criminalización, en el
ambiente social, pero estudia también a la víctima. Según la definición de
Antonio García-Pablos de Molina
Es una ciencia
empírica e interdisciplinaria, que se ocupa del estudio del crimen, de la
persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento
delictivo, y trata de suministrar una información válida, contrastada, sobre la
génesis, dinámica y variables principales del crimen —contemplado éste como
problema individual y como problema social— así como sobre los programas de
prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención positiva en el hombre
delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito.
Funciones
Entre las
funciones y roles que tiene la criminología se citan las siguientes:
1) Aporta e
incrementa conocimientos seguros sobre el crimen, la vìctima, el delincuente y
el control social.
La Criminología
trata de incrementar sistemáticamente los conocimientos en el ámbito de los
problemas que estudia. Su tarea principal consiste, por ello, en adquirir un
conjunto estable de conocimientos seguros. (Kaiser, 1988, 31).
La Criminología
ante todo suministra conocimientos, no simplemente datos, más aún, aporta un
núcleo de saberes, sistematizado, orgánico, no aislado. Todo conocimiento
implica la elaboración de los datos obtenidos, esto es, una teoría que los
interprete, e hipótesis de trabajo que trascienden la mera verificación y contrastación
empírica de aquellos. (García-Pablos de Molina, 1999, p.212).
2) Constituye
una fuente o banco de informaciòn o datos al servicio del legislador, la
práctica y las ciencias penales.
El poder
informático con los nuevos sistemas de obtención, almacenamiento, procesamiento
y transmisión de informaciones, parece ampliar las funciones tradicionales de
la criminología, abriendo horizontes desconocidos. Una amplia información
obtenida en un tiempo real permite racionalizar las decisiones y suministra un
bagaje empírico e instrumental muy valioso. La Criminología como ciencia, ha de
ser más que un gigantesco banco de datos. La obtención de datos no es un fin en
sí mismo, sino un medio y porque los datos son material bruto, neutro,
ambivalente, que tiene que ser procesado con arreglo a una teoría. No basta su
obtención o almacenamiento. (García-Pablos de Molina, 1999, p.214).
3) Debe ofrecer
criterios o pautas para la solución de problemas sociales o conflictos
concretos.
El saber
criminológico se origina tanto de la observación como del análisis de la
realidad de manera que pueda explicarla,
comprenderla y transformarla en beneficio del hombre. (García-Pablos de Molina,
1999, p.214).
4) Luchar contra
la criminalidad y su prevención en forma eficaz.
El rol de aporte
de conocimientos debe facilitar el control y la prevención del delito.
La mera
represión llega siempre demasiado tarde y no incide directamente en las últimas
claves del hecho criminal. La Criminología, por ello, no pretende suministrar
información a los poderes públicos sobre aquél, para castigar el delito más y
mejor. Antes bien, el conocimiento científico (etiológico) del crimen, de su
génesis, dinámica y variables más significativas, debe conducir a una
intervención meditada y selectiva capaz de anticiparse al mismo, de prevenirlo,
neutralizando con programas y
estrategias adecuadas sus raíces. Naturalmente se trata de una eficaz,
no de una intervención "penal", ya que ésta última por su elevado
"coste social" y nocivos efectos, debe ser siempre subsidiaria, de
acuerdo con el principio de intervención mínima. Intervención pues, que no se
limite a incrementar el rigor legal de las prohibiciones, ni a incentivar el
rendimiento y efectividad del control social formal, sino a dar respuesta al
problema humano y social del delito como la racionalidad y eficacia propia de
la denominada "prevención primaria". (García-Pablos de Molina, 1999,
p.223).
5) Aportar materia prima para la estructuraciòn
de una Polìtica Criminal
El aporte de datos
e información puede ser muy útil para
guiar, inspirar y auxiliar al legislador a estructurar una política criminal
por medio de oportunas reformas legales.
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Recuperado de: Criminologia
https://es.wikipedia.org/wiki/Criminolog%C3%ADa
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